Durante los primeros momentos de su evolución, estos animales tenían cuatro patas y vivían enterrados.

La historia es sencilla y curiosa. El autor principal del artículo
fue a visitar uno de los museos de Paleontología más afamados de
Alemania. Con sus alumnos, como parte del curso. Y durante la visita se
fijó en un fósil al que nadie había prestado suficiente atención.
Pero cuando lo vio, tuvo claro lo que tenía delante. Lo que todos los
demás expertos consideraban una lagartija, para él era algo distinto. Y
curioso, ya que se trataba de una serpiente con patas. Las diferencias
estaban allí, suficientemente claras como para lanzarse a estudiarlas, y
pedir ayuda a colegas de profesión.
Bueno, claras para un experto. Para los demás tal vez no tanto. Por
ejemplo, diferenciar entre una cola larga y un cuerpo que se ha alargado
no es sencillo para cualquiera. O la forma en que se colocan los
dientes, donde la diferencia entre lagartijas y serpientes es marcada.
Al estudiar con detalle el fósil, fueron quedando claras algunas de
las dudas sobre la evolución de las serpientes. Hasta ahora había dos
hipótesis. O bien los ofidios descendían de lagartijas marinas, que
luego se hicieron terrestres, o provenían de animales que vivían
semi-enterrados.
La respuesta correcta es la segunda, tal y como demuestra el fósil.
Este hecho también ayuda a explicar cómo perdieron las patas. Al
principio, estas lagartijas utilizaban sus patas para ayudarse a
excavar.
Pero cuando fueron moldeando su cuerpo, las patas dejaron de ser
necesarias. Durante algún tiempo se emplearon para otras cosas – por
ejemplo, para manipular la comida – hasta que dejaron de necesitarse, y
se perdieron.
Esta “proto-serpiente” también da otra información importante. Por
una parte, cuándo aparecieron estos reptiles. El fósil tiene
aproximadamente 110 millones de años, así que ya sabemos en qué momento
hicieron su aparición estos animales.
Pero tal vez lo más importante es qué comían. La idea con la que se
trabajaba hasta ahora era que las serpientes no empezaron siendo
depredadoras. Pero este fósil no sólo mantiene los restos del animal,
también de su última comida. Y ahí se puede ver que hay huesos de algo
parecido a una salamandra, lo que demuestra que la dieta de las
serpientes no ha variado demasiado desde antes de que apareciesen.
Aún falta mucha información para
entender la evolución de este grupo, pero gracias a este trabajo ya se
está en la buena dirección. Sin duda, un productivo día en el museo.
Fuente:https://es-us.noticias.yahoo.com/blogs/ciencia-curiosa/descubren--casi-por-casualidad--c%C3%B3mo-eran-las-serpientes-cuando-ten%C3%ADan-patas-193315487.html
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